—Claro que sí. Mira la etiqueta. Se está poniendo amarilla. Volviste a engordar con el tiempo y no me atreví a dártelo para no irritarte.
Le Jia tomó la pequeña toalla y el vestido antes de quitarse su toalla. Al ver lo pequeña que estaba la cintura del vestido entendió por qué Su Ya no se lo había dado. El vestido tenía el talle de la cintura alto, por tanto, la persona que lo usara debía ser delgada. Si la persona no era lo suficientemente delgada, no le quedaría muy bien que digamos. Ella respiró profundamente, metió la panza y se veía aceptable. Cuando terminó de cambiarse, Le Jia se volteó hacia Su Ya.
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