De pronto, al escuchar el sonido de agua corriendo que venía de la habitación contigua, Ye Lin se entusiasmó. Levantó su mano y llamó a la puerta para pedir indicaciones. Luego, escuchó que el agua dejó de correr y sabía que la puerta se abriría en cualquier momento. A su vista aparecieron un par de piernas que todavía goteaban, seguido por abdominales marcados. Cuando levantó su cabeza un poco más, vio a Ning Shaochen que tenía una mirada seria. Ella no pudo evitar tragar saliva y mirarlo fijo, aunque con entusiasmo, sin poder ocultar su reacción instintiva hacia él.
—Señorita Ye, parecería que busca un hombre.
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