Ye Lin frunció el ceño, y se detuvo para cerrar la puerta.
—Ye Xiaomo, es tu padre —reprendió. Estaba segura de que en todos esos años nunca había dicho una sola palabra negativa sobre Ning Shaochen delante de Ye Xiaomo. Desde que Ye Xiaomo pudo entender el mundo que la rodeaba, le inculcó que la razón por la que no tenía un padre era porque no podían estar juntos por alguna razón en particular. Sin embargo, si su padre supiera de su existencia, la amaría sin dudarlo. Ella sentía que la incapacidad de él como adulto no era mala, ni tenía nada que ver con la niña.
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