—Lo recordaste, Beiyi.
Hubo una vez en la que las piedras del riñón de Zhang le causaron malestar cuando los llevaba a ella y a Ning Xiaoxi. Shen Beiyi preguntó sobre ello cuando notó que él no podía ni hablar por el dolor. Después de eso, se enteró de que tenía piedras en el riñón, pero como el doctor había dicho que las piedras no eran grandes, no había necesidad de hacer una cirugía. Cuando vio esa medicina en aquel entonces, Shen Beiyi la compró y la puso en su bolso. Como había estado muy ocupada por su trabajo recientemente, se le había olvidado.
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