Capítulo 489 Tantos primos
—¡Hola, Vanesa! —la arrogancia de Hernán desapareció y se sentó mientras levantaba la pierna, sacudiéndola. Sonrió y me saludó, luego comenzó a comer sin preocupación los bocadillos que había dejado antes en el coche.
—¿Vanesa? —Parpadeé. Tuve la impresión de que me había equivocado de coche hasta que miré a Cristofer y le vi sonreír con alegría—. ¿Se conocen?
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