Capítulo 289 Ni siquiera puedes ocuparte de él
—Tiene la mano quemada —me reprochó Mónica—, ¿puedes irte, por favor? Te mantendré al tanto de todo una vez que solucionemos las cosas. No hay nada que puedas hacer aquí. Incluso tenemos que cuidar de ti —Luego se dirigió a alguien y le indicó—: ¿Puede alguien llevar a la Señorita Tovar a su habitación?
—No voy a ninguna parte. Necesito saber si está bien —Me aferré a la mesa y sacudí la cabeza con fuerza.
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