Capítulo 100 Es hora de que me vaya
Aspiré una bocanada de aire frío y levanté la vista, solo para ver a Bernardo, y también a Cristina, que estaba de pie junto a Braulio. Ella se acercó de manera deliberada a Bernardo y le tocó con sigilo la mano, desde un ángulo solo visible para mí, antes de lanzarme una sonrisa provocativa. La tristeza y la ira se apoderaron de mí y me quité de encima la mano de Bernardo.
—¡Sal de mi p*to camino!
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread