Capítulo 110 Con las manos en la masa
Estaba tan perdida, que ni siquiera sabía dónde estaba en ese momento. Lo único que importaba era que la mano que rodeaba mi cuello se sentía fría y refrescante. Sentí una urgencia repentina de apretarme contra él para refrescarme. Esa era una cualidad única que los hombres tenían y que excitaba mis pasiones.
Mientras él me recostaba en la cama, sentí que algo estaba mal, pero no podía hacer nada al respecto pues me sentía tan débil que no podía moverme ni un centímetro. Un par de grandes manos comenzaron a dar un masaje en mis mejillas y mi cuerpo. Me sentía divina mientras gemía de satisfacción y rogaba por más. Me acerqué más al hombre con cuerpo helado que estaba ante mí, sin querer otra cosa que acurrucarme contra él.
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread