Capítulo 138 ¿Es él genial en la cama?

Mis manos y mis piernas colgaban en el aire mientras mi cuerpo se movía hacia arriba y hacia abajo siguiendo sus empujes. Cada vez que me empujaba con más fuerza, sentía que casi me caía sobre el borde del alféizar. En medio de las embestidas, mi cerebro se volvió gelatinoso y sólo podía emitir gemidos ahogados. Algunos gemidos se escapaban cuando ya no podía aguantar más. Sin darme cuenta, el espectáculo de fuegos artificiales se detuvo y el viento frío pasó por la superficie del lago, poniendo la piel de gallina en mi espalda. Al notar que sentía un escalofrío, Cristofer me acarició el cuerpo para alejar el frío. Pronto me perdí en el olvido mientras él ganaba más impulso. Unas ganas de llorar me dominaron de repente, ya que casi la mitad de mi torso colgaba por la ventana. «¿Voy a caer al lago y morir ahogada mientras hago el amor? Los titulares van a ser espectaculares si ese es el caso: "Mujer casada se ahoga en el lago tras hacer el amor intensamente mientras me engaña”». Por suerte, Cristofer no tenía intención de que saliera en los titulares, ni de desearme la muerte. Apoyó mi espalda y me llevó a un escritorio en el salón. Pensando que el duro escritorio podría ser incómodo, me puso una chaqueta debajo para amortiguar mi espalda. Seguimos jugueteando. Sabiendo que teníamos que irnos más tarde, Cristofer no me quitó toda la energía.