Capítulo 32 Una sucia mujer
Bueno, así fue en el pasado, porque fue él quien se apresuró a rescatarme cuando Isabel intentó ahogarme en el estanque. Cada vez que Bernardo aparecía, ella ponía una fachada tímida y dejaba de meterse conmigo.
Fue muy tonto de mi parte enamorarme de él sólo porque me había salvado. Los que no habían tenido experiencias cercanas a la muerte nunca se darían cuenta de lo que se siente al tener a alguien en quien apoyarse en el momento oportuno.
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