Capítulo 248 La sensación de ser ama
Al día siguiente, bajo mis protestas, al final puse fin a nuestra diversión en la suite. Por lo tanto, nos cambiamos y nos dirigimos al exterior para ver el amanecer. De pie en la cubierta, me abrazó por la espalda mientras mirábamos al cielo, observando la lenta salida del sol.
—¿Señor? —Al cabo de un rato, un hombre alto se acercó. Había estado observando el amanecer en la cubierta cuando se fijó en nosotros. Miró a Cristofer con sorpresa y luego se volvió para mirarme a los ojos.
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