Capítulo 332 La simple verdad
—Así que te quedaste allí y observaste cómo tu mujer se metía en la habitación con otro hombre. No te molestaste en detenerme ni en hacer nada; en cambio, te diste la vuelta y te fuiste. Luego, apareciste a la mañana siguiente para encontrarnos juntos en la cama, y así poder echarme en cara lo sucedido.
Sentí que Cristofer me tomaba de la mano, y eso me hizo sonreír. La verdad era que ya no me importaba lo que me hiciera Bernardo. El tiempo podía curar todas las heridas, y lo único que quería en ese momento era disfrutar del amor que compartía con Cristofer, que me había ayudado a superar tantos obstáculos.
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