Capítulo 36 Ya no soy una pelele
El hecho de tener amigos que se preocupaban por mí me hizo sentirme seguro. Cuando entré en la mansión, me di cuenta de que había muchos invitados, entre ellos herederos de diferentes familias, que habían sido invitados al banquete. Aunque la familia no pertenecía a la alta sociedad, era considerada una familia de renombre en Ciudad Portuaria.
Parecía una cita a ciegas preparada para Cristina. En el momento en que entré en la mansión, pude sentir que los invitados me miraban. El sentimiento de inferioridad me había hecho comportarme de forma extraña. No podía acostumbrarme a ser el centro de atención de todos.
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