Capítulo 495 El misterio oculto en el pastel (1)

Tres años después, Victoria se sentó frente al espejo vistiendo un vestido de noche sin tirantes con cola de sirena adornado con oro. Levantó sus dedos delgados y tocó suavemente la cicatriz en su ceja. La decepción en sus ojos bajos era palpable, y su espalda se tensó de repente mientras se miraba en el espejo. El contorno de su rostro era exquisito, pero estaba cubierto de cicatrices densas y variadas, quemadas en su piel como una marca imposible de eliminar sin importar cuántos años hubieran pasado.