Capítulo 229 ¿Vino a ver si ya he muerto?
Mientras observaba quiénes estaban afuera de la habitación, Felipe miró con desagrado a Victoria, quien de inmediato sintió que sudaba de manera incontrolable y bajó la cabeza para comportarse con normalidad; intentó secar las gotas de sudor del piso.
—Discúlpeme por molestarlo mientras descansa, gran señor Tabares.
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