Capítulo 233 Un lugar para los seres humanos
—Gran señor Tabares, sé que mi hija es inmadura e ingenua, pero usted es un adulto y le prometió que se la llevaría lejos, pero no que iba a enviarla a prisión —comentó Gerardo, quien lucía amargado e hizo una pausa; luego de un momento, continuó—: Esta vez se ha excedido.
Por otro lado, Vicente estaba serio; intentó varias veces hablar, pero Teresa lo detuvo. Denise se secaba las lágrimas con un pañuelo y estaba muy triste.
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread