第2409章
Al ver a la chica corriendo hacia ella, el rostro de Lan Juan se iluminó de alegría y le saludó con entusiasmo: "¡Hola, Jin Yi!" Su voz era suave y agradable.
"¡Tía!" La chica salió corriendo felizmente, con los ojos tan claros y brillantes como el agua. "Perdón por haberte hecho esperar. ¿Por qué no me avisaste antes de que venías?"
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