Capítulo 143 Presenciando el momento del milagro
En Bahía Roja, la villa se veía aún más hermosa bajo la cálida luz del sol. Santiago estaba en la sala del segundo piso, jugando ajedrez con Samuel y Pamela. Parecía accesible, con una agradable curva en sus labios. Era un marcado contraste con su comportamiento habitual como el frío y distante presidente de la empresa.
«Estos dos pequeños son bastante buenos para el ajedrez. Deben haber practicado con su mamá antes».
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