Capítulo 168 Las esperanzas de Mónica
Eduardo recogió su taza de té y dijo:
—Mis disculpas, Señor Falcó, por mi desconsiderada petición. Había estado muy preocupado por lo que pensara mi hija. Por favor, traiga a su esposa la próxima vez. Estoy seguro de que debe de ser una mujer muy especial.
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