Capítulo 311 Disculpándose con ella
Recordó cómo había abandonado el hospital sin despedirse y no se atrevió a esperar ningún buen desenlace. Mientras tanto, Santiago se encontraba furioso sin darse cuenta, fijando la mirada en la carretera y conduciendo tan rápido como podía sin decir una sola palabra.
Melinda observaba con inquietud cómo se aferraba al volante como si tratara de reprimir la furia que llevaba dentro.
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