Capítulo 348 Por supuesto que sí

Mientras tanto, Jenifer estaba allí, con los ojos abiertos de incredulidad y pálida. No podía comprender lo que tenía ante sus ojos. La mujer junto a su hijo, vestida con un elegante vestido de novia, era Melinda. Jenifer se sorprendió al ver que el venerado presidente del Grupo Falcó se inclinaba con respeto ante un grupo de aldeanos. Se había tomado muy en serio el hecho de amar a la gente cercana a su novia. Luego, vio a los aldeanos dispersarse en pequeños grupos, disfrutando alegres sin ninguna pretensión, comiendo y bebiendo felices. Al poco rato, la marcha nupcial llenó el ambiente, cargada de romanticismo y encanto. Mientras Santiago abrazaba los hombros de Melinda, pisaron la alfombra roja con pétalos de rosas.