Capítulo 115 Simplemente desagradable
Melinda no se subió al auto hasta que este se alejó. Sentada detrás del volante, sintió oleadas de tristeza. Cerró los ojos, intentando procesar aquellas emociones negativas.
Por otro lado, en la oficina de la gran vicepresidente del Grupo Falcó, Mónica se quedó en blanco, pensando en la mañana en la que vio a Jenifer salir de la casa de Puerto Esmeralda.
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