Capítulo 150 Cayendo poco a poco en la trampa
Santiago no se sintió derrotado, pues ya se había saciado de besos. Con el calor persistente de los labios de Melinda y su dulzura, se acercó con confianza a la habitación de Tirso y le lanzó una mirada infantil con desdén, solo entonces se volvió impetuoso a su habitación. A menudo se afirmaba que las mujeres eran tontas por amor, pero los hombres no eran muy diferentes.
Cuando Santiago regresó a su habitación, seguía añorando aquel beso. Una suave sonrisa apareció en su atractivo rostro cuando su móvil sonó de repente al recibir una notificación, lo tomó y vio que Mónica le había enviado un mensaje de texto por WhatsApp. Eduardo les había llamado, informándoles de un cambio de horario y adelantando la hora de la reunión. Eduardo también invitaba a Santiago y a ella a asistir al cumpleaños de su hija y a la ceremonia de mayoría de edad. Santiago leyó el mensaje tres veces antes de marcar el número de Mónica.
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