Capítulo 236 El estado de Santiago
Desde joven, Santiago había cuidado bien de Marcelo entre bastidores, pero los dos nunca habían tenido mucho contacto directo. Marcelo también sabía que Santiago no le caía bien. Santiago solo lo hacía por responsabilidad o por culpa. A Marcelo no le hacía ninguna gracia tener cerca a la mujer de Santiago. Melinda no era una mujer cualquiera, era la única mujer a la que Marcelo podía mirar a los ojos.
Arriba, Melinda tomó sus pastillas y luego dejó el vaso. Permaneció sentada, apoyada en el cabecero de la cama. No estaba triste por su aborto, ni preocupada por su cuerpo. Su mente estaba ocupada por pensamientos sobre Santiago. Sus pensamientos permanecían en la sala de urgencias, atrapados en aquella tensa situación.
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread