Capítulo 562 Hacer feliz a la esposa
—Ya es hora de trabajo —le recordó con suavidad Melinda, levantando la vista y diciendo—: Por favor, Señor Falcó, vuelva a su despacho.
Cuando sus miradas se cruzaron y la expresión de Melinda se volvió fría, Santiago no supo qué hacer. Al final, sólo pudo suspirar un poco y darse la vuelta, sintiéndose un poco abatido. Pero se dio cuenta de que Jesica le observaba sin pestañear, con la mirada fija en él.
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