—Por supuesto que no —Huo Junyue sonrió suavemente y dijo—: Ve a cambiarte. Esta tela es muy cómoda. A veces la uso para dormir. —Soltó una pequeña mentira piadosa.
La chica extendió la mano lentamente para tomar la prenda—. Gracias. —Sintió una calidez recorrerle el corazón.
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