—¡Yo... yo no puedo devolverte el dinero ahora! ¡Pero al menos tengo la intención en mi corazón! —La chica alzó las cejas—. ¡No hagas como si realmente necesitara tu caridad!
Ting Mónica Garduñon se mantuvo serena y respondió con seriedad: —No necesitas devolverme este dinero, pero hay algo que sí debes hacer.
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