Capítulo 3180 Decreto imperial
Un momento después, el asesor de supervisión suspiró y dijo: "Señor Presidente, somos muy conscientes de nuestros pecados graves. No nos atrevemos a esperar que nos dé una oportunidad de sobrevivir. Por favor, le ruego que no castigue a nuestras familias. Si está de acuerdo con nosotros, podemos confesar nuestros crímenes uno por uno".
El presidente respondió: "No hay problema. Te lo prometo".
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