Capítulo 154 ¿Quién te dio la audacia?
El corpulento hombre se mofó:
—Susana, será mejor que escuches con atención. O haces que la mesera se disculpe y me lama los zapatos, o pasas una noche conmigo. ¡Si no, te echaré de la industria farmacéutica en un instante, ¡Una palabra mía es todo lo que se necesita para deshacerme de ti!
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