Capítulo 2339 El Gran Mariscal avergonzado

Todo sucedió tan rápido que Román no pudo reaccionar a tiempo. La silueta de un dragón lo envolvió en ese momento crítico y lo llevó lejos de donde estaba, con lo que evitó por poco el ataque de Ossa Dei. La ráfaga de viento del impacto de su puño golpeó una montaña detrás de ellos, que sufrió una abolladura de inmediato. Román percibió el peligro palpable que había evitado por poco. Esta vez he encontrado a alguien que me supera. Incluso la ráfaga de viento de su puño ha dejado una abolladura en la montaña. Esta es una magnitud de fuerza contra la que no puedo competir en absoluto. Miró la silueta del dragón que lo había llevado a un lugar seguro. Era Fortunia. Sin embargo, el dragón estaba mirando a Ossa Dei con avidez. —¡Eres mío! ¡Eres mío! ¡Vuelve, te necesito!