Capítulo 56 Espero que seas inocente
«¿Qué? ¡Este lugar debe estar maldito!» Joaquín temblaba de miedo por la desgracia que había ocurrido en el momento en que se hizo cargo de la fábrica de acero. De inmediato se explicó:
—Señor Galindo, acabo de hacerme cargo de la fábrica. No fui yo quien suministró los aceros para la familia Borbolla anteriormente. Otra persona estaba detrás de ese trato en particular. Por favor, ¡vaya a por ese responsable!
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