Capítulo 756 Por favor, no se ofenda
—¡No me extraña que hayas conseguido invitar a alguien de Turcoln con solo cinco millones! Resulta que es el compañero de clase de tu hijo, ¿eh? —exclamó Lilia a un lado.
Los discípulos de Turcoln eran todos orgullosos y arrogantes, así que era una quimera invitarlos con apenas cinco millones. Tras su comentario, Conrado echó de inmediato la cabeza hacia atrás y la miró fijo.
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