Capítulo 1053 Un ser divino
—Piérdanse. No quiero volver a verlos —advirtió Jaime tras lanzarles una mirada.
Cuando los Cuatro Temibles supieron que estaban perdonados, le agradecieron profusamente y huyeron del lugar mientras Jaime volvía a la cama, pensando en cuál sería el siguiente movimiento de Faustino.
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