Capítulo 398 Regreso
La niebla blanca y negra chocó. La niebla negra se dispersó y desapareció sin dejar rastro en segundos, y el cielo se aclaró. El suelo estaba lleno de combatientes caídos del Regimiento Fénix, y solo menos de diez de ellos podían mantenerse en pie.
Con su cuerpo cubierto de heridas, Fénix sostenía una espada larga en su mano y miraba a Izan con ira.
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