Capítulo 100 Arrogancia extrema
Ciñendo el ceño, Jaime le lanzó una mirada gélida a Santiago, el cual sintió un escalofrío en su columna vertebral, así que este último retrocedió y se quedó callado.
—No quiero morir. No quiero morir. Papi… Papi… —chilló María mientras se ponía histérica.
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