Capítulo 4357 El mar no puede hacerte daño
Mientras se elevaba una columna de humo azul, Jaime y Judi sintieron como si estuvieran envueltos por una energía espiritual. Posteriormente, el tiempo y el espacio parecieron distorsionarse ante sus ojos, y desaparecieron instantáneamente. Jaime se esforzó por abrir los ojos, ansioso por descubrir a dónde les llevaba la Perla de Teletransporte. Sin embargo, todo lo que pudo ver fue un resplandor blanco indistinguible. Jaime podía sentir claramente que su cuerpo era impulsado hacia adelante por una fuerza invisible.
Cuando Saulo llegó, descubrió que Jaime y Judi ya no estaban presentes. Intentó repetidamente utilizar el ojo de la cara fantasma para localizarlos. A pesar de varios intentos, fracasó, como si se hubieran desvanecido en el aire.
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