Capítulo 4305 Me faltaron las fuerzas
Cuando Liuvero se marchó, todos respiraron aliviados. Jaime, por su parte, se despidió de Rodya con una reverencia antes de retirarse.
Observando la situación, Allegro se apresuró a seguirlo de cerca. Para él, Jaime representaba un importante apoyo financiero. Al ver a Allegro con sus pantalones cortos de gran tamaño, Jaime suspiró y sacó una Moneda Espiritual púrpura, diciendo:
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