—Así es. Puede que sean Cultivadores Demoníacos, pero cumplirán su promesa. Estará bien siempre y cuando coopere —dijo Romeo con descaro.
—¡A la mi*rda con eso! ¡Nunca trabajaré con Cultivadores Demoníacos! —Heraldo gritó con rabia y trató de atacar a Romeo de nuevo.
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