Capítulo 2333 Afortunado
Al principio, Jaime pensó que los dos hombres lo habían alcanzado. Pero cuando se puso en pie y se asomó, vio a un feroz león gigante que lo miraba con ojos depredadores.
Se le veían los colmillos en la boca, que apestaba a hedor cobrizo de sangre, y seguía rugiendo por lo bajo.
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