—Lo siento, me equivoqué de persona. —La expresión de Lidia volvió a su habitual frialdad y distanciamiento. Miró a Nicandro y había decepción en sus ojos. Entonces miró de nuevo a Yuridia.
—Esperaré a ver qué tal lo haces. —Entonces entró en el ascensor sin mirar atrás.
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