Capítulo 68 Mini langostas ¿verdad?
El Hermano Gil miró al joven de piel oscura sentado detrás de Gabino. Sus ojos triangulares parecían bastante afilados y la piel de sus brazos y piernas estaba tensa, por lo que este joven era obvio un feroz luchador que practicaba todo tipo de artes marciales. Un hombre calvo de mediana edad se sentó detrás de Rubén con los ojos medio cerrados, y continuó mirando con arrogancia.
—¡Maldita sea, estos dos malditos en realidad gastaron una tonelada de dinero! —El Hermano Gil miró a Nicandro. Nicandro ni siquiera miró a ese experto en Muay Thai y al Maestro Hinojosa, en su lugar empezó a jugar con su teléfono.
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