Capítulo 124 Miénteme
Elías comenzó a besarle el cuello. Solo se detuvo cuando llegó a la marca en su clavícula. Su parada repentina sacó a la mujer del estado eufórico, pero paró su lucha al gritar:―¡No te muevas!―Después pasó las puntas de sus dedos ligeramente sobre las marcas mientras continuaba diciendo:―¿Qué te molesta, mmm? ¿El hecho de que vi las marcas que alguien más dejo en ti? ¿O la manera en la que reaccione ante ellas?
Camila mordió su labio inferior y se rehusó a contestar. «¿Por qué debería responder esa pregunta? No somos nada más que socios. ¡Apuesto a que no le importaría si mi cuerpo fuera hecho pedazos!».
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