Capítulo 57 No temas, aquí estoy
En el hospital.
Camila tomó la mano de su madre mientras estaban sentadas en una banca en la sala de espera; la luz roja que parpadeaba en el letrero de la sala de urgencias provocó que el ánimo de las dos fuera mucho más desesperante, sentían como si les estuvieran presionando el pecho y aunque los ojos de Vanessa estaban enrojecidos, contuvo las lágrimas y se agarró con más fuerza de la mano de su hija.
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