Capítulo 318 El afrodisíaco
Sin electricidad, no podía hacer nada en ese momento. Así que, Camila suspiró aliviada.
En cualquier caso, lo que había sucedido le había dado algo de tiempo. Temblaba de miedo, deseando que los cables estuvieran tan desgastados que nunca pudieran ser reparados. De esa manera, los hombres no podrían hacerle daño.
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