Capítulo 13 La maquinación de Camila
Los invitados intercambiaron miradas entre sí. Pretendieron conversar mientras se mantenían enfocados en Camila, esperando recibir un buen espectáculo de lo que se vendría. Ella notó esto, pero decidió ignorarlo. Siempre habían mantenido la identidad de Cristina en bajo perfil, por lo que no muchos en Noram sabían que eran medias hermanas.
—Por favor, discúlpenme por un momento.
—¡Claro, tómese su tiempo! Estoy segura de que hay otros asuntos más urgentes que atender. ¡No se preocupe por nosotros!
Camila les lanzó una mirada agradecida y se dirigió hacia donde se encontraba Jassiel.
—Jassiel, gracias por acompañar a Cristina. Ella nunca había tenido la oportunidad de asistir a un evento de tal magnitud, puesto que siempre vivió en el campo, así que es probable que esté un poco nerviosa —dijo con gentileza y una sonrisa educada, pero ignorando por completo a Cristina, que estaba en los brazos de Jassiel.
Al escucharla hablar, las mujeres que se habían acercado a Cristina para conocerla perdieron el interés y se retiraron. Ella le lanzó una mirada de odio a Camila, pero cambió su expresión a una triste y lastimada, actuando como si fuese una víctima.
—Camila… —murmuró mientras soltaba el brazo de Jassiel.
«Ja… Te harás la víctima. Ya veo…» pensó Camila con recelo, pero continuó ignorándola y solo hablaba con Jassiel.
—Vámonos, el abuelo nos está esperando. Sé que no quieres dejar a tu amante, pero, al menos, deberías saludarlo primero.
Jassiel trajo a Cristina para molestar a Camila, pero a ella no parecía importarle en lo más mínimo. De hecho, para su molestia, en su rostro se mostraba una sonrisa delicada tan perfecta que casi no se daba cuenta de que era falsa.
—Me estás amenazando con el abuelo, ¿no es así? De verdad que tienes listas tus maquinaciones, Camila.
—Son efectivas, así que no veo por qué no debería tenerlas —contestó Camila con una gran sonrisa cuando lo escuchó.
«¡Si Jassiel quiere molestarme, entonces no hay ninguna razón para que yo no haga lo mismo!».
—¡No creas que seguirás así por siempre!
—Guárdatelo para cuando sea verdad. —Camila no le hizo ningún caso a su amenaza y siguió sonriendo con gracia para molestarlo aún más. Cuando vio que estaba a punto de retirarse, lo llamó de nuevo y le dijo: —El abuelo quiere que saludemos juntos a los invitados. También indicó que deberías mantener una imagen decente ante el público.
Sin ninguna otra opción, Jassiel hizo lo que se le ordenó y caminó hacia Omar, con su brazo rodeando la cintura de Camila y una sonrisa forzada en el rostro.
—Hola, abuelo…
Omar se dio la vuelta, pero miró con severidad a su nieto, indicándole que se comportase, pues tenían invitados alrededor. Al notar la tensión incómoda en el aire, dichos invitados se apuraron a excusarse y retirarse.
—¡Mírate! No solo no saludaste a las personas cuando llegaron, pero ¿también te presentaste con otra mujer a la fiesta? Jassiel, ¿tienes algún respeto por mí?
—¡Claro que sí! De cualquier forma, ¿dónde está el tío Elías? ¿Por qué aún no se ha presentado? —Jassiel frunció, molesto por las palabras de su abuelo, y trató de cambiar el tema.
Fue en ese momento que Elías entró por la puerta. Su mirada gélida y alta figura llamaron la atención de todos a su alrededor. Vestía un traje negro y mostraba una irresistible sonrisa encantadora. Él ya estaba acostumbrado a ser el centro de atención, por lo que no mostró ningún signo de inconformidad mientras caminaba hacia Omar. Su porte era tan elegante que incluso su caminar proyectaba confianza.