Capítulo 801 A toda máquina
Las piernas de Heriberto cedieron. Estaba tan disgustado que quería golpearse la cabeza contra la pared para desmayarse, pero no tuvo el valor de hacerlo.
—Una vez que hayas compensado al Grupo Lascuráin por nuestra pérdida, entonces no nos deberemos nada. De lo contrario, seguiré quedándome aquí.
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