—¡Agh! —Todos pelearon durante mucho tiempo antes de conseguir salir de su agujero. Tenían arena en la nariz y en la boca, y casi se ahogaban.
Todos tosieron con violencia y se les puso el rostro rojo. Se escuchó un zumbido en sus cabezas y pensaron que se iban a asfixiar en ese momento. Sergio miraba ahora a Nicandro como si estuviera mirando a un monstruo.
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