Nicandro se quedó allí sin decir nada y continuó mirando fijamente a Marcelo.
—¡Lagos Carlino! ¡Maldito perro callejero! ¡Cómo te atreves a intentar hacerme daño de esa manera! —Marcelo gritó con fuerza. De repente corrió hacia Lagos Carlino, recogió un bate del suelo y golpeó fuerte a Lagos Carlino en la cabeza.
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