Capítulo 641 Quiero llevarla a la cascada
—Muy bien, tú pon manos a la obra, yo preguntaré a todos qué quieren comer.
Después de una breve charla, Melinda puso fin a la llamada, y Santiago se levantó para asistir a una reunión. En la elegante cabaña de madera, Melinda cerró la computadora portátil y salió afuera. Unas cuantas personas charlaban en el patio y, no muy lejos, preparaban unos aperitivos. Era una escena tranquila.
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