Capítulo 621 La chica que consigue comida sin pedirla

Jesica no sabía cuánto tiempo debía cocerlos. Los veía rodar con alegría en la olla, casi se quema la mano cuando intentaba removerlos con una espátula. Calculando ella misma el tiempo, revisó de vez en cuando, pensó que ya era hora y tomó un tazón para él con los cubiertos. Sosteniendo el tazón sobre un paño húmedo, lo colocó sobre la mesa del comedor. —Está listo.